La Organización de los Estados Americanos (OEA) es la organización líder a nivel regional para los países del norte, centro y sur de América, así como los del Caribe. Desde sus orígenes, en 1948, ha sido pionera en promover la cooperación en la lucha contra la corrupción, hasta desarrollar el primer instrumento internacional al respecto: La Convención Interamericana contra la Corrupción. Convirtiéndose éste mecanismo en uno de los pilares para la promoción de buenas prácticas gubernamentales en todo el continente americano.
No obstante a lo anterior, algunos interrogantes han surgido: ¿qué ha hecho la organización internamente para mantener altos estándares de integridad y asegurar que no existan casos de corrupción? ¿Se han realizado estudios y evaluaciones además de una adecuada implementación de los procesos de selección y designación de los funcionarios en esta organización, que promuevan estándares éticos en el personal de la institución?
Las preguntas aludidas son parte de los resultados de la investigación titulada “Integrity System of Organization of American States (OAS)”, la cual evaluó el sistema de integridad de la OEA, en cuatro diferentes instancias: prevención, detección, investigación y sanción. Un sistema de integridad es un requisito imperativo de toda organización para reflejar consistencia, eficacia y efectividad.
El estudio en mención, es producto de un convenio establecido entre Willy Brandt School of Public Policy en Alemania y Transparency International, con el fin de facilitar la colaboración para llevar acabo proyectos de investigación sobre corrupción y otros temas relacionados.
Por lo tanto, ¿qué tan fuerte es el sistema de integridad de la OEA? ¿Ha logrado erradicar algunos viejos problemas, tales como, la renuncia de dos secretarios generales y un presidente del Consejo Permanente, por supuestos escándalos de corrupción?
A continuación, algunas conclusiones del estudio:
- Prevención: En noviembre del 2012 entró en vigor el primer Código de Ética para la OEA. No obstante, no se ha hecho efectivo un Comité de Ética encargado de velar por su cumplimiento. Además, su reciente política de acceso a la información (junio de 2012) contiene numerosas excepciones de los tipos de documentos que no pueden ser publicados en vez de concesiones.
- Detección: Los órganos y oficinas a cargo de la auditoría no cuentan con disposiciones que permitan realizar evaluaciones a largo plazo (5 años). En la información disponible en la web no fue encontrada una guía general de los mecanismos de recursos y quejas proveídos por la OEA para ser presentados en sus diferentes instancias y ante los diferentes órganos.
- Investigación: Los reportes de la Oficina del Inspector General (OIG) sólo se encuentran disponibles hasta el año 2009. Al respecto cabe resaltar que la nueva política de acceso a la información estableció como una excepción a la divulgación pública, los reportes de los auditores y de la OIG.
- Sanciones: Las sanciones no se encuentran consolidadas en un único documento y no hay una clara y transparente relación de imputabilidad entre el hecho que lo causa y la sanción que debe ser aplicada.
Estos hallazgos son resultado de la información pública disponible en la página oficial de la institución: www.oas.org. Los cuales responden a la simple pregunta y partida inicial de la investigación: ¿puede cualquier persona fácilmente acceder y encontrar información sobre las políticas y prácticas de integridad o aquellas relacionadas de la OEA?
Desafortunadamente, la respuesta es no.
Nota: las investigadoras son Dayan Lizzette Farías Picón (Colombia), Paulina Graciela Coronel Arias (México) y María Isabel Díaz Hernández (México). Recién graduadas de la maestría de políticas públicas de Willy Brandt School of Public Policy.