Escrito por Alejandro Salas, Director Regional para las Américas y Natalie Baharav, Coordinadora de Comunicaciones de Transparency International
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Próximamente se celebrarán elecciones en Venezuela. Es fundamental para los ciudadanos poder distinguir cuando el Presidente Hugo Chávez habla como presidente y cuando lo hace como candidato presidencial. En la actual campaña no es siempre aparente que este rol es diferente.
Para el público es crucial poder distinguir entre las actividades de campaña, cuyo principal propósito es sumar votos, de aquellas actividades propias de un servidor público, en este caso el presidente, que mira por el interés público.
Este es el principal tema sobre el que se centra el boletín quincenal Alerta Electoral en su última edición. El boletín, elaborado por una alianza de organizaciones de la sociedad civil, periodistas y académicos, hace un monitoreo de la campaña presidencial en Venezuela, a fin de identificar y analizar potenciales irregularidades.
La ley electoral venezolana obliga a las estaciones de radio y televisión públicas y privadas a transmitir de manera simultanea mensajes del presidente sobre distintos asuntos de estado. Un estudio elaborado por la Asociación Cívica Espacio Publico ha calculado que entre Enero y Julio de este año el presidente ha usado esta facultad por un total 5.271 minutos. Esta es una cantidad de tiempo de emisión de mensajes presidenciales bastante grande. Sin embargo, lo que lo hace particularmente interesante en el contexto de las próximas elecciones es el hecho de que más de tres cuartas partes de ese tiempo (4.260 minutos) corresponden únicamente al mes de Julio, coincidiendo con el inicio oficial la campana electoral.
Cuando uno compara este privilegio presidencial, la posibilidad de utilizar mas de 4.000 minutos de emisión (los cuales además deben multiplicarse por 30 cadenas de televisión y mas de setecientas emisoras de radio), con los límites de tiempo de transmisión establecidos por la regulación electoral venezolana, la dimensión de la desigualdad entre candidatos se hace evidente. A cada candidato se le concede un máximo de 3 minutos al día de emisión por cadena de televisión o emisora de radio.
Desde luego los mensajes presidenciales cuando se refieren a asuntos genuinos de interés publico y de naturaleza urgente no son cuestionados por el grupo de ciudadanos que están detrás de Alerta Electoral, entre los que se incluye Transparencia Venezuela, el socio local de Transparency International. Lo que preocupa es que las autoridades electorales establezcan parámetros claros que contribuyan a distinguir entre el rol del servidor público y aquel del candidato, y que tengan capacidad de sanción para prevenir abusos de poder cuando sea necesario.
Esta recomendación también aplica al uso de otros recursos financiados con dinero de los contribuyentes, como pueden ser automóviles o aviones oficiales. De igual importancia es evitar la politización y uso de las fuerzas armadas en las campañas políticas. Alerta Electoral proporciona ejemplos de actividad política llevada a cabo por altos oficiales del ejército. Ha documentado, entre otros, el uso de bases militares como auditorios para celebrar mítines y emitir mensajes electorales, así como la formación ideológica pro-gobierno en los programas académicos de los centros de formación.
Los candidatos no deben hacer uso de los recursos públicos en sus campañas. Deben, por el contrario, dar ejemplo dejando claro tanto al público como a las autoridades electorales que tipo de rol están desempeñando. Para los venezolanos es imprescindible, en definitiva, saber cuando Chávez les habla como presidente y cuando se dirige a ellos como candidato.
Este artículo es parte de una serie que cubre las elecciones en Venezuela. Lea los demás artículos aquí.